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jueves, 28 de noviembre de 2013

LAS SOCIOLOGÍ@S


CONTENIDO








 

RESUMEN


La sociología como disciplina es un conjunto de supuestos que tratan de dar respuesta al área del conocimiento social. Para ello es importante que como sociólogos exploremos nuestra subjetividad y nuestra vida cotidiana para identificar los intereses y las perspectivas sobre la sociología que queremos practicar, no solo como científicos e investigadores, sino como seres humanos, como actores que participamos de la organización de la vida social. Como resultado de esa exploración, hay dos “sociologías” que se originan y conviven en nuestra formación como sociólogos: una primera sociología que está en relación con la complejidad de la teoría sociológica y la metodología, muy ligados al carácter riguroso de nuestra ciencia; y una segunda, la cual, hace referencia a la sociología que se forma en nuestra subjetividad, básicamente que parte del sentido común, aquella que se expresa de manera espontánea dentro del entorno social donde actuamos y establecemos vínculos. De estas formas de hacer sociología, surgen la diversidad y los matices del quehacer sociológico sobre cómo acompañar, describir y reflexionar sobre “lo social” en la actualidad; y más aun, cuando se piensa en la sociología seriamente, no sólo como un trabajo intelectual, sino también artístico. La sociología y el trabajo sociológico se enfrentan a cambio de racionalidad propia de los nuevos tiempos que vivimos. Tiempos en que el paradigma del mundo de la vida o la racionalidad comunicativa es una opción.

I.             INTRODUCCIÓN


“La sociología parece estar caracterizada por una perpetua búsqueda de sí misma. En un punto y prácticamente en uno solo están de acuerdo todos los sociólogos: la dificultad de definir la sociología.”

R. Aron

“La tarea de la sociología es estudiar el equilibrio que hay entre la reproducción social[1] y la transformación social[2].”

A. Giddens

Entender la sociología[3] como una disciplina científico social en toda su complejidad puede convertirse en una odisea, por no decir una tarea imposible; al menos eso nos lleva a plantear algunos supuestos que pondré en discusión. El primer supuesto es que la sociología no se agota a sí misma cuando intentamos definirla debido a la naturaleza de su objeto de estudio y sus límites; en otras palabras, lo que quiero decir es que la sociología como tal presenta no solo una diversidad de aspectos cuando decimos que su objeto de estudio es la sociedad o lo social, ya que estaría abarcando un sin número de acciones sin delimitaciones claras. Pese a que ello pueda sugerirnos la ambigüedad de la sociología como ciencia social, es esta perpetua búsqueda de sí misma –como expresa R. Aron- una característica que enriquece nuestro quehacer sociológico y le da sentido.

Si bien este primer supuesto no responde del todo a la pregunta ¿Qué es sociología[4]?, al menos sabemos que hay más de una definición que puede ayudarnos a entender lo que es la sociología. De este, resultaría conveniente que presente un conjunto de sociólogos para no solo mostrar sus definiciones de sociología, sino para contrastarlas y hacernos una mejor idea de lo que trata la sociología; sin embargo, me parece más útil presentar el segundo supuesto: la sociología como tal no busca la verdad, sino aproximaciones a ella. Desde el nacimiento o formación de la sociología[5], esta aspiraba a tener un método científico, proveniente de las ciencias físicas o del llamado paradigma newtoniano. El método haría de la sociología una ciencia objetiva y exacta. Una expresión de la primera sociología que se practicó, fue la sociología de E. Durkheim, el cual tenía como objeto de estudio los “hechos sociales”; y, en Reglas del Método Sociológico, nos dice que los hechos sociales deben ser abordados como cosas. Para la sociología positivista, era interés de ella encontrar la verdad que de razón de la sociedad, por ende una sola verdad. Por el contrario, la sociología de hoy ha comprendido que no existe una verdad para explicar la complejidad de las relaciones sociales o de la organización de la vida social, ya que existe algo llamado “mundo de la subjetividad”, y que le pertenece a los individuos en interacción. Esto hace referencia al paradigma constructivista, en oposición al paradigma positivista. En las últimas décadas, hubo intentos de ampliar la no solo la comprensión de la sociología, sino los alcances que debería tener en un mundo en constante cambio desde la segunda mitad del siglo XX. En resumen la sociología, a pesar de que en su nacimiento, y gran parte de su desarrollo como ciencia, tuvo un apego o dependencia al método, hoy ese paradigma objetivista ha entrado en crisis debido al surgimiento de nuevas perspectivas y enfoques que nos permite hablar de múltiples aproximaciones a la verdad; por ende, a otras formas de abordar el conocimiento social y sus interpretaciones.

El tercer supuesto que planteo sobre la sociología es que como práctica o quehacer se conecta a dos fuentes que le dan sentido e importancia en su constitución y argumentación. De aquí se deriva que la sociología engloba dos niveles, para no hacer una tipología que de razón del área o tema de interés como lo puede ser la sociología urbana o la sociología de género. Estos dos niveles están en relación al individuo ya que le corresponden experiencias distintas y complementarias a la vez. El supuesto de diferenciación y complemento puede entenderse como la vivencia que tiene cada sujeto de su experiencia sociológica de manera diferenciada, pero que al complementarse dan como resultado la sociología que uno practica y desarrolla. Es posible como estudiante de sociología que la experiencia e historia de vida conlleven un conjunto de trayectos o conexiones que configuran un nicho sociológico, de acción y pertenencia, a partir de un conjunto de representaciones y perspectivas que existe de la sociología como ciencia y como experiencia cotidiana (sentido común). Por el primer nivel, he diferenciado claramente que una sociología se da en el ámbito netamente académico y obedece a paradigmas, enfoques, teorías, metodologías, diseño, técnicas, instrumentos, etc. como por ejemplo (paradigma positivista, enfoque funcional estructural, teoría del rol sexual, metodología cuantitativa, técnica de observación, cuaderno de campo, etc.). Este primer nivel forma parte de nuestro oficio académico intelectual que proviene de los libros, separatas y actividades que tenemos en nuestra formación. El segundo nivel, y al que nos debemos como profesionales, es la neta vivencia de nuestra subjetividad en la organización de la vida social. El lugar de donde nacemos y al cual pertenecemos nos envuelven en creencias, sentimientos, emociones, ideas, perspectivas, representaciones, sensaciones y todo lo que nos permita actuar e interaccionar con los demás constituye la fuente del segundo nivel de la sociología. Este nivel es diferente en cada sociólogo. De ahí se desprende los intereses y motivaciones, así como la especialización respectiva con el transcurso de los años, que tiene para con el quehacer y oficio sociológicos. Este nivel nos concatena con la realidad y nos lleva al plano del sentido común. El primer nivel ha sido denominado como la “sociología académica”; y, el segundo, como “sociología espontánea”. Estos dos niveles o sociologías están en relación con la definición de sociología y con la naturaleza de la misma que cada uno encuentra en su formación. Que es y hacia donde apunta la sociología como practica personal se debe a estos dos niveles. Es desde ahí donde contribuimos a la formación del conocimiento científico y no científico de la sociología.

El propósito de este ensayo es expresar un sentir sobre lo que significa estudiar y formarse en la sociología como estudiante de bachillerato. El interés por abordar ciertos cuestionamientos sobre la sociología tiene una relación estrecha con nuestra de historia de vida personal. Los tres supuestos planteados más que apostar por una argumentación teórica elaborada, son un intento por conocer, experimentar y vivir la sociología como personas y como científicos sociales. En otras palabras, creo que no solo la sociología se auto configura, sino que también nosotros, de manera dinámica, estamos reconfigurando nuestros rasgos como individuos y participando de la organización social de la vida. La sociología se alimenta de dos frentes, de dos fuentes, de dos sociologías que cada uno adapta a sus intereses y motivaciones.

II.           El QUEHACER SOCIOLÓGICO


 “La sociología es el estudio de la vida social humana, de los grupos y sociedades. Es una empresa cautivadora y atrayente, al tener como objeto nuestro propio comportamiento como seres humanos. El ámbito de la sociología es extremadamente amplio y va desde el análisis de los encuentros efímeros entre individuos en la calle hasta la investigación de los procesos sociales globales.”

(Giddens, Sociología, 2000)

La definición que Giddens nos da de sociología es bastante sintética y motivadora. Existe un tema implícito en esa frase, que evoca al quehacer sociológico de manera implícita. Muchas veces cuando empezamos el arduo camino de explorar y conocer cada una de las aristas de la sociología, olvidamos que estamos en la universidad para formarnos no en la sociología como tal, sino en el quehacer sociológico, que no es otra cosa que configurarte como profesional una forma única, original y reflexiva de hacer sociología; en otras palabras, hacerte de un oficio. Este demanda un vasto conocimiento no solo de la historia de la sociología, sino de la teoría sociológica acompañada de recursos e instrumentos que validen o hablen por sí mismas de nuestra actividad. Una de las características que no puede obviar nuestro quehacer o trabajo sociológico es la imaginación y la sensibilidad de carácter sociológico. No basta con estar de acuerdo con lo que Wright Mills llamó “imaginación sociológica”, sino también seguir una especie de instinto que vamos adquiriendo del sentido común, muy parte delo que Bourdiev pueda decir de él cuando propuso la ruptura metodológica.

 “Estudiar sociología no puede ser un proceso rutinario de adquisiciones de conocimiento. Un sociólogo es alguien capaz de liberarse de la inmediatez de las circunstancias personales para poner las cosas en un contexto más amplio. El trabajo del sociológico depende de lo que el autor americano Wright Mills, es una célebre expresión, denominó la imaginación sociológica[6] (…) La imaginación sociológica nos pide, sobre todo, que seamos capaces de pensar distanciándonos de las rutinas familiares de nuestras vidas cotidianas, para poder verlas como si fueran algo nuevo.” (Giddens, 2000, pág. 29)

La imaginación sociológica, propuesta por Mills, es importante porque nos permite salir de la cotidianeidad en la que muchas veces nos vemos inmersos; sin embargo, diría que el paso que debe que dar todo sociólogo para aprehender la realidad y hacer su trabajo, no es aislándonos o distanciarnos del sentido común para tener una visión más amplia de los procesos sociales locales y globales, sino que por el contrario, reconocer que el sentido común es lo más próximo y cercano que manejamos, y que desde la información que poseemos estamos poniendo los primeros cimientos de aquel problema o proceso que queremos abordar. No digo que nuestro trabajo se reduzca al sentido común, sino que él nos brinda sensibilidad sociológica. Cuestionando lo que Giddens considera sobre el quehacer sociológico, diría que las rutinas familiares de nuestras vidas cotidianas pueden ser nuevas o no, son la fuente de la imaginación que la sociología necesita, acompañada de una sensibilidad por lo que nos rodea o participa con nosotros en “lo social”. Asimismo, Giddens, en otro apartado de Sociología, expresa lo siguiente:

 “Aunque todos estamos influidos por nuestro contexto social, nuestro comportamiento no está del todo condicionado por ellos. Tenemos nuestra propia individualidad y la creamos. La labor de la sociología es investigar la conexión que existe entre lo que la sociedad hace de nosotros y lo que hacemos nosotros mismos. Nuestras actividades estructuran –dan forma- al mundo social que nos rodea y, al mismo tiempo, son estructuradas por él.” (ibíd., pág. 32)

Es esa individualidad que tenemos y recreamos la que puede serle muy útil a la sociología de hoy. Para que la labor de la sociología sea critica no debe distanciarse del contexto social, pues reconociendo que, junto con ella, se construye yo estructura el mundo social. Lo cuestionable de la sociología en nuestros días se debe a los mecanismos o requerimientos que hacemos al momento de configurar nuestro oficio, labor, trabajo o quehacer sociológico. Hay una estrecha relación entre la sociología como disciplina y la sociología como vivencia desde nuestro quehacer en los dos niveles que he mencionado anteriormente.

La sociología[7] a través del trabajo sociológico es un mundo que casi nunca se agota; que siempre esta redescubriéndose a sí misma, y no por cuestiones de paradigmas o enfoques, o tal vez de asuntos metodológicos y técnicos; sino que en la búsqueda de sí misma, del reconocimiento de su objeto de estudio, su importancia y su finalidad, encuentra no solo la riqueza que le compete y le da sentido. En Consecuencias de la Modernidad, Giddens[8] expresa lo siguiente:

 “La sociología es una disciplina muy amplia y diversa, y cualquier simple generalización sobre la misma como un todo es cuestionable. Pero podemos apuntar tres ideas ampliamente sostenidas, en parte derivadas del persistente impacto satisfactorio de las instituciones modernas. La primera de ellas concierne al diagnostico institucional de la modernidad. La segunda tiene que ver con el objeto primordial del propio análisis sociológico, ‘la sociedad’; la tercera se relaciona con las conexiones que existen entre el conocimiento sociológico y las características de la modernidad (…).” (Giddens, Consecuencias de la Modernidad, 1990, pág. 23)

Lo anterior afirma que la sociología, como disciplina que se originó en el siglo XIX[9], está basada en una cantidad de supuestos más o menos legitimados por quienes hemos adoptado a la sociología como una expresión científica y artística. Estos supuestos son transversales al quehacer sociológico en todas sus dimensiones. Estoy seguro que la sociología o quehacer sociológico de los últimos años ha ido cambiando de supuestos y ha ido apostando por diversos grados de aproximación a la verdad. En el debate modernidad–posmodernidad, las referencias para organizar la vida social en diversas partes del mundo,  obedecen a un orden distinto de pensar y hacer las cosas. En todo ellos tiene que ver el desenvolvimiento del sistema capitalista actual en plena globalización y en una ya conformada sociedad de la información (sociedad red). Como bien dice o sintetiza Giddens:

“El discurso de la sociología, y los conceptos, teorías, y resultados de las otras ciencias sociales, circulan continuamente “entrando y saliendo” de lo que representan en sí mismos y, al hacer esto, reflexivamente reestructuran el sujeto de su análisis, que a su vez ha aprendido a pensar sociológicamente. La modernidad es en sí misma profunda e intrínsecamente sociológica. Mucho de lo que es problemático en la posición del sociólogo profesional –como proveedor de conocimiento experto sobre la vida social-, deriva del hecho de que está, todo lo mas, un paso por delante de los ilustrados practicantes profanos de la disciplina.” (Giddens, 1990, pág. 50)

La búsqueda perpetua de la sociología no es sino la búsqueda de supuestos más o menos regulares que den cuenta de nuestro quehacer sociológico, sin caer en extremos de la cuestión del método objetivista, ni tampoco exponer nuestra labor, y a la sociología como tal, a las seducciones del mundo contemporáneo. Por ello es importante aclarar que los objetivos, propósitos o fines de nuestro trabajo sean lo más reales y sensibles. Si bien Giddens va a decirnos que la sociología se debe a la modernidad para cumplir un rol de predicción y control, la modernidad entro en crisis en la primera mitad del siglo XX (I y II Guerra Mundial). A partir de allí, un nuevo pensamiento, un nueva forma de hacer las cosas fue apareciendo, mientras iba organizando la vida social, para tener hoy “nuevos” supuestos y formas más “flexibles”[10] de generar conocimiento.

“(…) Se entiende la sociología como generadora de un conocimiento sobre la vida social moderna que puede ser utilizado en pos de los intereses de predicción y control. Existen dos destacadas versiones de este tema. Una es de que la sociología suministra información sobre la vida social que puede proporcionarnos una forma de control sobre las instituciones sociales (…) Se cree que el conocimiento sociológico va asociado a la relación instrumental del mundo social al que se refiere y que tal conocimiento puede aplicarse de manera tecnológica para intervenir en la vida social.” (Giddens, 1990, págs. 26-27)

Con el quehacer sociológico buscamos no solo generar conocimiento, sino que el cambio y la transformación deben ser la consecuencia inmediata que involucra no solo a profesionales, sino a todos los que constituimos la sociedad. Conocer nuestra realidad y creer en un mejor escenario para los seres humanos se debe recurrir no a la ciencia, sino a sentir mediado por la ética y los principios que se encuentren en un equilibrio. Nuestra labor como sociólogos inicia con la generación de conocimiento, pero trasciende sus límites para garantizar mejores condiciones de acción y juego. La labor sociológica debe estar inmersa en los procesos sociales, económicos, políticos, culturales, religiosos, ambientales, etc. que duelen delimitar los horizontes o supuestos que afectan positiva o negativamente la vida social. Entre el trabajo sociológico y su relación con la sociedad hay una retroalimentación. La autoreflexión y la autoadaptación parecen ser rasgos de la sociología[11].

“La reflexión de la vida social moderna consiste en el hecho de que las prácticas sociales son examinadas constantemente y reformadas a la luz de nueva información sobre esas mismas prácticas, que de esa manera alteran su carácter constituyente.” (íbid. pág 46)

III.         LAS “SOCIOLOGIAS”


“En consecuencia, saber en qué consiste la sociología nos lleva a preguntarnos por el tipo de conocimiento que producen los sociólogos en su tarea de explicar/comprender la vida social.”

 (Germaná, 1996)

En este apartado nos referiremos a las sociologías que realmente son importantes en nuestra vida como sociólogos. Si bien ya mencione dos niveles de la sociología que practicamos (sociología académica y sociología espontánea), exístela “sociología como profesión” que tiene que ver con nuestro quehacer sociológico.

Por un lado, la sociología académica es la que aprendemos durante nuestros años de estudio, aquella sociología que se forma académicamente, la que conocemos teóricamente y que “queremos” desenvolver para explicar la sociedad[12]. Digamos que la sociología de Durkheim o la Weber, o tal vez la sociología desde el estructural funcionalismo de T. Parsons[13]. Esta sociología muchas veces termina siendo un ideal o una utopía[14].

Por otro lado, la sociología espontánea es aquella que tiene que ver con el centro de esta reflexión sobre las sociologías que identificamos en nuestra subjetividad y práctica. Esta sociología es la que se forma paralelamente a la sociología académica, y de de alguna y otra forma, influye en esta sociología es mediática  y que obedece al orden de la subjetividad[15], de las emociones y las experiencias que vivimos y que “pensamos” pueden ser útiles para generar conocimiento[16].

Félix Ortega nos dice que las diferencias y las similitudes entre los individuos son principalmente fruto de procesos sociales y culturales. Los individuos se exponen a experiencias de aprendizaje diferentes, que les han hecho asimilar subculturas diversas. Se produce así una historia personal, una biografía, que es el resultado de las relaciones del individuo con la trama social donde crece y vive. Al conjunto de procesos sociales y culturales que permiten a cada ser humano construir su personalidad[17] es al que se denomina socialización.

“La confluencia de estos diversos procesos socializadores es la construcción de la personalidad individual. Una personalidad que consiste en percibir y reaccionar de manera particular ante el medio en que se vive, y que el sujeto adquiere a través del aprendizaje social que ha realizado, si la socialización tiene éxito, la identidad personal vendría a ser una réplica bastante parecida a la realidad social en que se ha formado.”

La sociología que practicamos como profesión es resultado de las sociologías que nos forman. Diríamos que nuestro quehacer sociológico debe ser profesional en todos los campos en que se nos requiera, sin perder de vista nuestro propósito de priorizar el bien y el arte de nuestro trabajo por sobre las remuneraciones económicas que otorga el marcado bajo la teología neoliberal. Si bien es cierto que casi todo se mueve mediante una racionalidad instrumental en este sistema capitalista: el salario para quienes ofrecen su fuerza de trabajo o la ganancia para quienes son propietarios o poseedores de algún capital. La sociedad moderna y la posmoderna se caracterizan por este tipo de racionalidad, aunque en diferentes formas. La sociedad de consumo o la mcdonalización de la sociedad s un claro ejemplo que hay no solo una estandarización, sino una diversificación del capital y del trabajo desde la segunda mitad del siglo XX.

Estos nuevos tiempos buscan y prefieren la tecnificación y la facilitación de procesos. La sociología como profesión ha pasado a un segundo plano el tema de la investigación, para hacerse más instrumental e intermediaria. Si miramos la oferta y la demanda del mercado, como una carrera profesional, la sociología no se agota, siempre esta adaptándose a las circunstancias y contextos. ¿Qué es la sociología? ¿Qué demanda la sociedad y que oferta la sociología en el mercado? ¿Debería la sociología depender del mercado o seguir la línea clásica[18]? César Germaná[19] (1996) menciona que cuestionarnos por la profesión de sociólogo nos lleva necesariamente a preguntarnos por la propia sociología como disciplina científica. Asimismo, definir su objeto de estudio es una estrategia que parece improductiva –como señala el mismo Germaná- ya que nos llevaría a señalar un interminable listado de definiciones sobre la delimitación de un ámbito particular de la vida social que sería el dominio propio de la sociología. Y como se expreso en un inicio, la búsqueda de sí misma de la sociología es más una riqueza que una preocupación cuando la vemos como oficio y arte.

Todo lo anterior apunta a que en sociología hay una constante búsqueda de supuestos, y que a su vez, perfilan nuevas racionalidades. En el mundo social no existe solo una racionalidad, sino que coexisten múltiples racionalidades que tipifican a las acciones de los individuos/actores/sujetos. En este caso, me parece importante mencionar la coexistencia de dos racionalidades: la racionalidad instrumental del mundo moderno y la racionalidad comunicativa en un mundo no moderno. La coexistencia de la dos y los cambios que se dan de una u otra respecto a la lógica de los procesos sociales en la actualidad.

IV.        EL CAMBIO DE RACIONALIDAD Y LA LÓGICA DE LOS PROCESOS SOCIALES


En Las Perspectivas del Mundo de la Vida en las Investigaciones de las Ciencias Sociales[20], Guillermo Nugent[21] nos dice que la característica más llamativa de la actual producción teórica de las ciencias sociales es la discusión y cuestionamiento de los diversos modos de acercarse a la realidad[22].

Para el objetivismo la principal característica de la verdad es la de ser consecuencia de una metodología. Incluso, en extremos, puede llegar a considerarse simplemente a ‘la’ verdad como ‘la’ realidad, la verdad, proposición verdadera como copia de los hechos es lo que supuestamente ofrece la primacía de la metodología. (Nugent, 1991)

César Germana (1996) nos expresa que la sociología como disciplina científica fue prisionera de un proceso de racionalización en el siglo XIX debido a su forma de organización en el mundo laboral de ese tiempo como un “trabajo abstracto”. De esto se deriva que la sociología desarrolló una forma de conocer, un criterio de racionalidad, que dominará el quehacer sociológico.

Por el contrario, Nugent (1991), siguiendo la propuesta de Habermas,  dice que el paradigma del mundo de la vida es un estilo de pensamiento que aborda la realidad social en términos de posibilidades de acuerdo entre sujetos capaces de hablar y de actuar antes que como un problema de conocimiento de objetos.

“El mundo de la vida tiene, en consecuencia criterios de racionalización distintos a los provenientes del trabajo y del saber instrumental: la individuación de sujetos sociales, la generalización de normas y valores, así como la formación de una cultura critica.” (Nugent, 1991)

“La racionalidad comunicativa ya no se enfrenta a una realidad que sería un inmenso deposito de medios para obtener determinados fines. De lo que ahora se trata es de señalar que el acceso mismo al mundo social esta simbólicamente mediado por el lenguaje. De ahí que la representación de cualquier pretensión de universalidad radique en la posibilidad de entendimiento, de acuerdo. Radicalizando este punto de vista, la verdad es considerada como un fin consenso, y la verdad científica como producto de un consenso no coactivo. En la argumentación racional –orientada hacia el entendimiento con el otro- está ya la posibilidad misma de una eliminación de la coerción.” (Nugent, 1991)

Para sintetizar lo expuesto anteriormente Nugent afirma que la diferencia central entre estos dos conceptos de racionalidad es que la racionalidad del mundo de la vida, o racionalidad comunicativa, la condición para su existencia es la posibilidad y realización de un consenso sobre algún aspecto del mundo. Por el contrario, en la racionalidad instrumental, es suficiente que un individuo calcule adecuadamente los medios para obtener determinados fines.


 

V.          CONCLUSIONES


·         La disciplina sociológica demanda un quehacer no solo con formación sólida en la teoría y metodología, sino que recurre a las actitudes, a las emociones y a las fortalezas de cada individuo para hacer sociología. En otras palabras, la práctica sociología se redefine a sí misma como una expresión artística que da cuenta de una realidad.

·         La sociología que practicamos inevitablemente surge de dos tipos de sociologías que formamos en nuestra vida como estudiantes: la “sociología académica” y la “sociología espontánea”.

·         Nuestro entorno social y todo aquello que tiene que ver con nuestra formación en los niveles individual, colectivo, cultural influyen al momento de hacer sociología.

·         La sociología de hoy busca no solo explicar una realidad, sino que también busca una transformación bajo ciertos requerimientos y circunstancias. Aquí la sociología se encuentra científica, ética, política y socialmente.

·         La sociología debe superar lo más pronto posible los rezagos de ese apego riguroso al paradigma objetivista o positivista (para el cual los hechos son cosas), y de una vez recuperar el compromiso ético de la sociología: ayudar a los hombres en la solución de sus problemas más importantes. La sociología debe cumplir los roles de investigación (generación de conocimientos) y transformación de la realidad (carácter vinculante).

·         El conocimiento para la sociología no debe esta mediado por el paradigma objetivista, o estar totalmente influido por el paradigma positivista. Por el contrario, el conocimiento no necesariamente debe reducirse a la cuestión del método y al hecho social como una cosa, sino que hoy con la era informacional a través de las sociedades red, debe gozar del mismo prestigio y legitimidad en la comunidad académica y en la vida cotidiana.

·         La ética y los valores que se le reconocer a un profesional de ciencias sociales han ido cambiando acorde a los cambios globales en la forma de producir, así como en le forma de pensar. No hay dudas de que el pensamiento social a nivel mundial se mueve dentro de otros esquemas. Parece que hay una sociología de flujos o circuitos. Sin duda estamos dejando la modernidad y la racionalidad que la dominó (jaula de hierro), para optar, y hacer menos ideales, propuestas como la racionalidad comunicativa.

·         La sociología como disciplina científico social tiene que desempeñar un papel fundamental en la cultura intelectual moderna.


 

VI.        REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA


La transformacion del trabajo y el empleo: trabajadores en red, desempleados y trabajadores a tiempo flexible. En M. Castells, La Era de la Información. Economia, Sociedad y Cultura (págs. 229-309). Siglo XXI.

Germaná, C. (1996). La Sociología como Ciencia y como Profesión. Debates en Sociologia N° 20-21 , 183-201.

Giddens, A. (1995). Cambio, Evolución y Poder. En La Constitución de la Sociedad. Bases para la Teoría de la Estructuración. (págs. 255-305). Buenos Aires: Amorrortu Editores.

Giddens, A. (1990). Consecuencias de la Modernidad. En Sección I (págs. 15-58). Madrid: Alianza Editorial.

Giddens, A. (2000). Sociología. En La Teoría Sociológica (págs. 705-729). Madrid: Alianza Editorial.

Giddens, A. (2000). Sociología. En Estratificación y estructura de clase (págs. 315-367). Madrid: Alianza Editorial.

Giddens, A. (2000). Sociología. En ¿Que es la Sociologia? (págs. 27-41). Madrid: Alianza Editorial.

Nugent, G. (1991). Las Perspectivas del Mundo de la Vida en las Investigaciones de las Ciencias Sociales. Debates en Sociología N° 16 , 29-55.

Ortega Gutiérrez, F. Socialización, Personalidad y Reproducción Social. En Fundamentos de Sociología (págs. 109-132). Editorial Síntesis.



[1] Hace referencia a como las sociedades siguen funcionando a lo largo del tiempo.
[2] Ocupa los cambios que sufren las sociedades. Para Giddens en concepto de “sociedades” es ambiguo, por lo que lo más próximo a él, son los estados nacionales. Sociedad=estado nacional.
[3] La sociología es una de las pocas ciencias que tiene como objeto de estudio al sujeto.
[4] La sociología es todo aquello de que se ocupan los sociólogos.
[5] A. Comte, padre de la sociología, solía llamarla física social antes de acuñar el nombre.
[6] Mills, 1970.
[7] La sociología demuestra que es necesario utilizar un punto de vista más amplio para saber por qué somos como somos y por qué actuamos de la forma que lo hacemos.
[8] Para Giddens (1990) el tiempo y el espacio han sido recombinados para formar un genuino marco histórico-mundial para la acción y la experiencia. El proceso de desanclaje es el despegue de las relaciones sociales de sus contextos locales de interacción y reestructurarlas en indefinidos intervalos espacio-temporales.
[9] Giddens en Consecuencias de la Modernidad, dice que la noción de “modernidad” se refiere a los modos de vida u organización social que surgieron en Europa desde alrededor del siglo XVII en adelante y cuya influencia, posteriormente, los han convertido en más o menos mundiales.
[10] Para algunos estudiantes este “reciente” paradigma de la modernidad superior o tardía, ha flexibilizado la sociología y le ha quitado seriedad e nuestro trabajo sociológico.
[11] La sociología ya no tiene que centrase en las relaciones sociales cuya organización social solía anclarse en localidades; es decir, hoy ya menos frecuente que determinado de grupo de personas decida autorealizarse en un espacio y tiempo determinados, es decir, ha cambiado la manera de vivir nuestras relaciones. En la medida que cambian las condiciones para un trabajo, educación, etc. cambian también los intereses y la experiencia de vida en la ciudad. La intensidad y la fluidez de nuestro pensamiento y conducta han incrementado su velocidad y los límites, o rango de acción. Hoy el espacio y el tiempo han sido modificados por el proceso de globalización.
[12] Concepto que aun usamos dentro de nuestro vocabulario sociológico, pero que ha perdido una referencia cuando a las múltiples realidades nos referimos.
[13] Según Parsons, el objetivo preeminente de la sociología es el de resolver el ‘problema del orden’.
[14] Obras clásicas que se convierten en grandes nudos que tardamos en desatar.
[15] La subjetividad en cada individuo configura distintas formas o niveles de sociología, pero que en el fondo comparten elementos de de mi propuesta.
[16] Es importante recordar que ambas sociología tienen un objeto de estudio, pero en cuestiones de paradigmas, perspectivas, teorías, metodologías, técnicas e instrumentos pueden variar o coincidir una de la otra. Es este aspecto de la sociología como disciplina científica, es decir, de la diversidad de caminos que la convierte en un quehacer que demanda además de la formación, actitudes hacia la imaginación y la creatividad para reconstruir una realidad social
[17] La personalidad es una realidad que se va construyendo en el tiempo, desde el nacimiento hasta la muerte. (Ortega Gutiérrez)
[18] Ciencia suprema que predice y controla la sociedad.
[19] Profesor principal de sociología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
[20] Ver en Debates en sociología N° 16 Setiembre de 1991.
[21] La primera vez que sentí satisfacción  en mi quehacer sociológico fue en el curso de Estratificación y cambio social que el profesor Guillerno Nugent tenía a cargo. Tuve que esperar hasta el tercer año para que entre mis confusiones teóricas y metodológicas en formación, encuentre un comentario muy gratificante respecto a mi avance de un artículo, en primera instancia, y la presentación final de dicho trabajo, en el cierre del curso.
[22] Asimismo presenta esquemáticamente las diferencias entre dos estilos de pensamiento que designa como “paradigma objetivista” y “paradigma del mundo de la vida”. Este segundo amparado en la Teoría de la Acción Comunicativa de J. Habermas.