La Ruptura

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Sociología

MASCULINIDADES Y FEMINIDADES

HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE GÉNEROS MENOS POLARIZADOS Y MAS HORIZONTALES.

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miércoles, 17 de abril de 2013

COMENTARIO A LA REFLEXIÓN DE JOSEXTO CALISTO SOBRE LA PROPUESTA SIMMELIANA DE LA(S) CULTURA(S) DEL GENERO


RETOMANDO LA PROPUESTA SOCIOLÓGICA DE G. SIMMEL



Así como Goffman, Simmel intento explicar lo social a partir de una interpretación de las relaciones que se dan en la vida cotidiana en dos niveles: el nivel individual-subjetivo y, el nivel supraindividual-intersubjetivo. Relaciones circunscritas a una naturaleza, que tiene por origen al intraindividuo. Así la cultura entendida desde la sociología es un conjunto de patrones y de rasgos tanto individuales como estructurales, por decirlo de algún modo, y sin caer en el determinismo cultural que planteaba Parsons con el Estructural Funcionalismo de mediados del siglo pasado. Aquí, es el individuo quien toma protagonismo de la creación de lo sociocultural, pero que en la modernidad ha perdido el control del proceso de aculturación del los individuos y las cosas. Esta es la preocupación central en el texto que nos presenta Josexto: la cultura objetiva que ha sido creada y alimentada históricamente, y que como proceso, ha marcado un dualidad de fenómenos opuestos que solo han podido construir lo que hoy entendemos por vida; y para que exista esta, debe haber un imaginario social de ella. De este modo la cultura es solo una consecuencia y causa de las formas y contenidos del que somos parte nosotros los individuos. La cultura objetiva-masculina que ha caracterizado a la modernidad temprana, ha entrado en un nuevo nivel, y es en este en el que aparece el ocultamiento de la cultura femenina y que Josexto intenta dar algunas luces a partir de la reflexión de la propuesta sociológica de Simmel. La mujer como centro de producción cultural es también un eje importante en la sociología de alemán. Así, conceptos como la prostitución, la moda, la coquetería, el cuerpo, la seducción, etc. dan indicios de la búsqueda de ciertos grupos por encontrar la igualdad a través de los mecanismos fenomenológicos de autoconstruir lo social.

La importancia de este articulo radica en la reflexión de algunos conceptos identificados como parte de la cultura femenina al mundo o constelación femenino; es decir, si los aportes conceptuales como el amor, la sexualidad, el cuerpo, la prostitución, el dinero, la moda, el género, el sexo, el matrimonió, etc. deben ser usados con el fin de entender el proceso de cultivación de lo cultural en los individuos en función a los objetos externos con los que interaccionamos y tendemos relaciones.

Inicio parte de mi reflexión con la siguiente pregunta que: ¿Qué es la masculinidad diferenciada? Posiblemente sea aquella masculinidad que ya no se identifica con lo objetivo, es decir, con la cultura que ha dado pie al orden o sistema de las desigualdades o contradicciones. Esta pregunta en cierto modo alude a la crisis de la masculinidad hegemónica, al mismo tiempo que avizoramos nuevos tiempos, en el que los temas de género, ambiente, ecología, empresa, Estado, etc. que permiten reflexionar sobre la complejidad de lo social, a través de sus diversos enfoques teóricos y metodológicos. Así la cuestión del género se inicio con gran fuerza tras la Segunda Guerra Mundial. Mientras el mundo intentaba ordenarse de nuevo al mando de EE.UU. o de la URSS, hombre y mujeres también luchaban por mejores posiciones. Los movimientos feministas han dado pasos importantes al trastocar esa cultura objetivizada y masculinizada. Un logro es el hecho de que hoy dispongamos de herramientas y recursos, partiendo de nuestra libertad y dignidad, de luchar por el ideal de la igualdad en algunos casos, o de la equidad en otros. Lo cierto hasta aquí, sin recurrir a la historia de toda esta corriente del pensamiento del capitalismo tardío –como diría Simmel, es que ya no podemos so referirnos a dos constelaciones totalmente opuestas, sino a una gama de matices que hoy se encuentran en construcción social e histórica. Hoy hablar solo de hombres y de mujeres, o de lo sexual y lo social, o de lo biológico y lo cultural sería bastante limitado para entender el mundo subjetivo de las personas. Hoy debemos hablar de las masculinidades y de las feminidades, o posiblemente de algo intermedio.

Simmel se va a centrar en la cuestión cultural, que es la “representación social de lo femenino”. Entonces ¿en qué consistiría la “representación social de lo masculino”? en todo aquello que le pertenece al hombre y, casi nada, a la mujer. Simmel presenta el tema sexo-genero como dos grandes constelaciones opuestas, y de cierto modo complementarias, pero no en igualdad de condiciones y/o oportunidades. Para entender lo masculino es un primer momento, se hace necesario tomar conceptos que le pertenecen a la mujeres y parecen ser casi exclusivos. Lo cierto es que en la interacción de hombres y mujeres, no solo están los aspectos y las representaciones de carácter social –y cultural en un mayor sentido, que son inalterables en cada género, sino que también existe la negociación y persuasión como punto intermedio a la dualidad constructora de la vida. Con esto intento decir que pese a las diferencias y oposiciones también existen formas de representar algo que son tanto femeninas como masculinas, y que muchas veces conllevan a acciones inconscientes pero llenas de sentido. Hoy diría yo que las relaciones de parejas heterosexuales se establecen y juegan en los márgenes del género; es decir, no recurro a la bipolaizacion de lo femenino con lo masculino, sino que apuesto por aquello que hoy nos permite ser sujetos de sensaciones y no de hechos.

La coquetería como un aspecto oculto de la cultura femenina es un concepto que podría extenderse a la representación social de la seducción en los varones. Del mismo modo la moda constituye un pilar importante para aproximarnos a las representaciones masculinas en las últimas décadas. La ropa y el uso de otros bienes ligados a la apariencia física permiten redefinir o entender las nuevas identidades el yo, un yo mas vanidoso y egocentrista. Un yo que siempre esta buscándose mostrar y llamar la atención. La ropa y la moda en general son consideradas como un marcador social, sin embargo no debemos limitarnos a ese uso, puesto que existen otras posibilidades.

Finalmente el tema de los afectos y los sentimientos son importantes debido a la doble connotación los caracterizan. La primera tiene que ver con el hecho de cómo cada individuo vive y experimenta sus sensaciones en relación al “yo” y; la segunda, tiene que ver con los patrones y tendencias en el pensamiento que guían y estimulan formas concretas de querer y sentir algo. Uno de estos sentimientos es el amor romántico moderno que por lo general es heterosexual. El amor como afecto, idea, acción, moral, etc. busca un fin, y por lo cual, se vale de muchos medios. Es importante entonces tener representaciones sociales del amor tanto de las mujeres como de los varones hoy en día. Hoy la masculinidad y la feminidad encuentran en la dimensión de los afectos y sentimientos nuevos descubrimientos que permiten horizontalidad en las relaciones que ambas constelaciones se tienden para conformar una unidad, un fin, etc. bajo los lineamientos –claro está- del pensamiento posmoderno, que como ya ha manifestado Bauman, es una época de los compromisos cortos y las no solidaridades.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Beviain, J. (s.f.). El ser oculto de la cultura femenina en la obra de george Simmel. Revista Española de Investigaciones Sociologicas.

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